miércoles, 20 de febrero de 2008

La ciudad de las damas

Christine de Pizan es una mujer absolutamente inusual para su época. Nació en Venecia en 1364 (...) y es la primera mujer escritora reconocida (...)
En La ciudad de las damas, reflexiona sobre cómo sería esa ciudad donde no habría ni las guerras ni el caos promovidos por el hombre. Christine asegura que su obra nació tras haber hecho una serie de preguntas clave. Así, relata en el primer capítulo de Ciudad, cómo ojeando un librito muy ofensivo contra las mujeres se puso a pensar: "Me preguntaba cuáles podrían ser las razones que llevan a tantos hombres, clérigos y laicos, a vituperar a las mujeres, criticándolas bien de palabra, bien en escritos y tratados. No es que sea cosa de un hombre o dos sino que no hay texto que esté exento de misoginia. Al contrario, filósofos, poetas, moralistas, todos –y la lista sería demasiado larga–, parecen hablar con la misma voz (...). Si creemos a todos estos autores, la mujer sería una vasija que contiene el poso de todos los vicios y males." La autora decide fiarse más de su experiencia que de los escritos masculinos y con esa idea escribe La ciudad de las damas. En ella define la imagen positiva del cuerpo femenino, algo insólito en su época, y asegura que otra hubiera sido la historia de las mujeres sino no hubieran sido educadas por hombres. Sorprendentemente elogia la vida independiente y escribe: "Huid, damas mías, huid del insensato amor que os apremian. Huid de la enloquecida pasión, cuyos juegos placenteros siempre terminan en perjuicio vuestro".
La ciudad de las damas se adjudicó a Boccaccio hasta 1786, cuando otra mujer, Louise de Kéralio, recuperó para Christine de Pizan la autoría del libro.


(Varela, Nuria. Feminismo para principiantes. Ed B. Barcelona. 2005)

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Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...