Los perros se me pasan para al lado, Rafael que quiere hacerle terapia de reconciliación a Simón con Rocco, el pilbur de al lado (hoy lo logró pero yo casi me muero, Rocco mató a otro perro anoche), los albañiles del vecino que ahora están inciando ciminetos de la casa de dos pisos pero para eso agujerean todo el estacionamiento que me prestaban y tiran abajo medias columnas que hacen que mi murito de pasillo tambalee. Dicen que va a quedar genial cuando terminen: ladrillos especiales, acústicos, anti ruido porque el vecino se dedica a refrigeración y pone taller acá pegado.
Me pasaron dos ligustrinas con raíces y cerco viejo incrustado. Rafa trajo de la calle cinco higuerillas con raíz que ya planté, ahora me habla de sus clases y sus talleres, casi me escucha a veces. Está todo muy bien pero me ataco de angustia y deseos de paz y alegría que todavía no consigo con tanto subibaja emocional.
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