Rupi Kaur, el fenómeno generacional que vende millones de libros de poesía
La poeta de 25 años se dio a conocer por redes sociales, ha encandilado a los críticos de medio mundo y ha vendido más de cuatro millones de copias de su primer trabajo
“Dibuja lo que guardas en el corazón”. Las palabras de su madre sembraron el pecho de Rupi Kaur y florecieron con el paso del tiempo. Kaur tiene 25 años y llegó a Ontario desde su Punyab natal, en la India, cuando solo tenía tres. Mujer, inmigrante y de veintitantos. Rupi Kaur ha sabido hacer de su debilidad su punto fuerte, una voz desgarrada en forma de poesía. Rupi Kaur, valiente, renacida, es una de las autoras más vendidas del mundo y avanza, fuerte, a la cabeza de toda una generación que bebe sedienta de sus palabras.
Kaur bebió a su vez de los haikus que leía con su padre. “Nos pasábamos horas debatiendo sobre un poema de una línea”. Con sus raíces no extraña que dejara a medias la carrera de Derecho, se licenciara en Retórica en 2014 y no tardara en publicar su primer poemario, ‘Otras maneras de usar la boca’. Fue el paso inicial para forjar su voz poética, de enorme influencia feminista y que se ha convertido en una sensación mundial: ha vendido más de cuatro millones de ejemplares, se encaramó durante más de cien semanas en lo más alto de la lista de más vendidos de The New York Times y sus poemas, duros, certeros y amargos, han sido traducidos a treinta y cinco lenguas. Kaur te cogía con ambas manos para mirarte a los ojos y susurrarte verdades descarnadas como un bálsamo curativo. Ahora vuelve a hacerlo con ‘El sol y sus flores’ (Seix Barral). Porque de Rupi Kaur nunca hay suficiente.
"Cada vez que
le hablas a tu hija
que le gritas
sin amor
le enseñas a confundir
la rabia con la amabilidad
lo que parece una buena idea
hasta que crece y
confía en hombres que le hacen daño
porque se parecen demasiado
a ti"
Kaur llenó ‘Otras maneras de usar la boca’ de dolor, de desgarro familiar, de desamor, de violaciones y reivindicaciones, de conocimiento sentimental y versos cortos que caben en la boca pero que hinchan el corazón. “Aquí está mi corazón en tus manos”, resumía Rupi Kaur sobre el volumen que publicó con veintiún años. Se dividía en “El daño”, “el amor”, “la ruptura”, “la culpa”. ‘El sol y sus flores’ regresa a las enseñanzas que mamó en el seno familiar y como las personas, dice, se reparte en fases una vez más: “marchitarse”, “caer”, “arraigar”, “levantarse” y “florecer”. Ahora vuelve al amor de la poesía urbana, a mezclar dulzura y hostilidad, a recuperar la amistad, la pérdida, el deseo, el racismo o los estándares de belleza. Sensibilidad y denuncia se funden, decoradas con ilustraciones minimalistas realizadas por la propia autora. Ella misma -se define meticulosa- se encarga de mediar el espacio y cuadrar la ilustración con la página o elegir el color.
Kaur gusta de escribir a mano. “No hay tiempo para editar, es cien por cien expresión”, dice. Todos los días, a primera hora de la mañana, coge su libreta y su bolígrafo, siempre los mismos, y anota sin pausa. Cita a Jane Austen, Virgina Wolf o Sylvia Plath. “Mucho del encanto de Kaur proviene de cierta desmañada vulnerabilidad, como un cruce de Charles Bukowski y Cat Power y de su ingenua disposición a soltar lo que sea que se le pase por la cabeza”, definió The New York Times.
"Ayer
cuando me desperté
el sol cayó al suelo y rodó
las flores se cortaron la cabeza
la única con vida aquí soy yo
y yo apenas siento que esté viva"
La voz de una generación
Kaur escribe de desamor y de amor curativo, de la autoestima o la depresión, pero también de problemáticas sociales, de la necesidad del empoderamiento femenino, de la violencia y los abusos o de la inmigración. Sus padres llegaron a Canadá como refugiados en la década de los 90 y tanto ‘Otras maneras de usar la boca’ como ‘El sol y sus flores’ son un retrato profundo de las raíces de Kaur. “La voz de su generación”, la bautizó el USA Today. Y quien pertenezca a ella sabe que no se equivocaron. Si Kaur ha renovado el interés por la poesía ha sido por sus versos directos de temas controvertidos, cubiertos de espinas y que, sobre todo mujeres, han experimentado en sus carnes. Kaur consigue dar forma con palabras a las sensaciones que amarran el corazón y no lo sueltan. Es un fenómeno generacional como pocos, predicadora de los bautizados -a veces con saña- millennials.
Vamos tres años atrás, a 2015. Una fotografía publicada en Instagram dio la vuelta al mundo empapada de polémica: una chica dormía en su cama con una pequeña mancha de sangre menstrual en el pantalón de su pijama. Instagram la eliminó y aseguró que no cumplía “las normas de la comunidad”, contribuyendo así a la constante estigmatización del sangrado femenino. La chica era Rupi Kaur. “Tenía el objetivo de desmitificar la menstruación”, explicó. “No pienso disculparme por no alimentar el ego y el orgullo de una sociedad misógina que acepta ver mi cuerpo en ropa interior pero no una pequeña pérdida”. Instagram rectificó y, con una disculpa, volvieron a publicar la imagen.
Kaur es voz y reflejo de muchas mujeres jóvenes y su fenómeno, fresco y crudo, ha ocupado reportajes y portadas internacionales. “Una de las treinta mujeres de menos de treinta años que están cambiando el mundo”, escribió Forbes. Cuando su primer poemario acampó durante semanas en la lista de libros más vendidos de The New York Times, Publisher’s Weekly dedicó su portada y contraportada a la joven canadiense. “Rupi Kaur está en la cima de una corriente poética”, sentenció The Wall Street Journal. The Times resumió la magia de Kaur: “la poeta que dio en la diana”.
"He sobrevivido demasiadas veces como para irme sin hacer ruido
deja que me lleve un meteorito
pide refuerzos al trueno
mi muerte será grandiosa
la tierra se abrirá
el sol se destruirá a sí mismo"
“Te etiquetan y ya no eres fiable”
El problema de Kaur radica en su canal. Aunque es un cliché que ella está devorando a bocados, que sus creaciones se dieran a conocer vía redes sociales es una losa en el mundo literario, fuente de ataques y burlas. “Te colocan una etiqueta y, por algún motivo, eso conlleva que no te consideren una fuente literaria fiable”, lamentaba la propia Kaur. La autora ha puesto el foco de su expresión en Instagram por sus “posibilidades de atraer a una amplia comunidad de lectores”.
A día de hoy, Rupi Kaur arrastra a masas embelesadas a librerías o cafés donde se abre y predica sus escritos en voz alta. La escritora ofrece recitales poéticos, charlas y talleres por todo el mundo y ha participado en las TEDTalks. En la primavera pasada, su trabajo la llevó al festival ‘Barcelona Poesía’. Su público, a estas alturas, ha traspasado la frontera de las redes sociales y hace cola para experimentar la catarsis que ofrece en sus recitales. “¿Cómo es posible que una mujer blanca de 50 años se identifique con lo que escribo?”, se preguntaba Kaur en una entrevista con The Guardian.
Kaur no controla el monopolio de la poesía en los tiempos de Instagram, pero se alza indudablemente en la cúspide del género. Un género marchito que, como en ‘El sol y sus flores’, cae, se arraiga y se levanta para florecer. Y para vender más de cuatro millones de copias.
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