"El peso del agua" ("The Weight of Water", Kathryn Bigelow, 2000)
Kathryn Bigelow, una de las pocas directoras de cine de acción de Hollywood (Días extraños, Le llaman Bodhi), decidió hacer la versión cinematográfica de la novela de Anita Shreve en cuanto la leyó.
A Bigelow, cuya familia es de origen noruego, le sedujo la historia de los asesinatos de 1873 y se sintió fascinada por la licencia que se tomó Shreve a la hora de combinar realidad y ficción. Bigelow se dispuso a entretejer los obsesivos elementos de la vida de Maren Hontvedt (SARAH POLLEY) con la vida en el presente de la fotógrafa Jean Janes (CATHERINE McCORMACK), mientras ésta intenta mantener a flote su matrimonio con el célebre poeta Thomas (SEAN PENN). "La historia de época cobró vida para mí", revela Bigelow. "Tamizada por la historia contemporánea, la historia de época se hizo familiar y accesible. Mirar hacia el pasado ayuda a dar forma al presente, incluso al futuro".
Para Anita Shreve, la directora consiguió dar forma a "una inteligente adaptación de la novela. Es una historia compleja, en la que pasan muchas cosas entre líneas. Lo que más me ha impresionado de la película –aparte de la increíble actuación del reparto– es que Kathryn se resistió al impulso de explicar lo que sucede entre líneas, lo que permite que la trama y los personajes permanezcan con el espectador hasta mucho después de que haya acabado la película".
A Shreve también le alivió ver la fidelidad de la película a la novela original.
"Aparte de un único cambio significativo en la trama, Kathryn ha sido increíblemente fiel al libro, tanto en el tono y la exactitud histórica, como en las complejas interacciones entre los personajes. Me alegra poder decir que además ha sido fiel al lenguaje de la novela. Sinceramente, no recuerdo ninguna película reciente que sea tan buena y tan fiel al libro del que procede".
Por su parte, Bigelow cree que la belleza de la obra de Shreve procede de la "habilidad para ir y venir de un periodo temporal a otro con una prosa fácil y elegante. Una sola frase puede evocar las dos épocas".
El hecho de estructurar dos historias y fundirlas en una sola puede suponer un inmenso obstáculo tanto para el director como para los guionistas.
"Había que entrelazar estas dos historias, la que transcurre en la década de 1870 y la actual, con mucho cuidado", señala Bigelow. "Había que dar tiempo a cada una de ellas para que enganchara al espectador; ir acelerándolas, si se quiere, lanzando el pasado contra el presente para que, de hecho, surgiera una sola historia".
Su habilidad para entrelazar delicadamente esas dos historias sin romper ni el ritmo ni el impulso de ninguna de ellas ha sido un desafío monumental, y a pesar de las poderosas interpretaciones de sus compañeros de reparto, Sean Penn adjudica ese mérito exclusivamente a Bigelow. "Esta película se mantiene sola... se defiende sola", dice Penn. "Es una gran obra y Kathryn Bigelow ha hecho un trabajo formidable elaborando esta historia tan difícil". "Cuando vi el montaje final le pregunté: "¿Dónde está el próximo guión?".
Alice Arlen (Silkwood), nominada al Oscar de la Academia, afirma que "Kathryn estaba agarrada como una loca a este material desde el principio. Y, a lo largo de todo el proceso, controló todos y cada uno de los elementos de la historia. Conocía profundamente a cada personaje y sabía que, aunque todos los personajes son víctimas, ninguno de ellos es inocente".
Arlen desgranó con pericia el relato histórico y la historia actual y Bigelow añadió a Christopher Kyle al equipo para que añadiera una perspectiva diferente a las transiciones entre ambas narraciones. Kyle, un dramaturgo que ha escrito para la aclamada serie de televisión "Homicide: Life on the Street", ya está trabajando con Bigelow en otros proyectos. Kyle dice que Bigelow insistió en el hecho de tener el guión terminado antes de empezar a rodar una escena, al contrario de la mayoría de los directores actuales que hacen cambios en el guión durante el rodaje.
"No le gusta que haya muchos cambios una vez que empieza el rodaje, así que trabaja con los guionistas antes de empezar", recuerda Kyle. "Lo interesante de Kathryn es que las aportaciones del guionista no se terminan con la escritura del guión. Me llamó para que habláramos del montaje. No tiene uno de esos egos frágiles que no admiten consejos de otros. Eso no significa que no montara la película según su punto de vista, sino que agradece las aportaciones de todos los que han estado involucrados en al realización de la película".
La productora Janet Yang, al igual que Bigelow, ha estado unida al proyecto desde su comienzo. "Debo decir que Kathryn tenía muchos más planes en la cabeza de los que me imaginaba, a pesar de haber estado ahí desde el principio. Esta película entra en el paisaje interior de la experiencia femenina. Explora la ira, la traición, el deseo...cuando esas emociones se suprimen y cuando se expresan. Las historias de Jean y Maren se fusionan mediante gestos, miradas y cómo se nos guía a través de los pensamientos de Jean".
La película empieza en la actualidad, donde los espectadores conoce a Jean, a Thomas, a Rich (JOSH LUCAS), hermano de éste y a la novia de Rich, Adaline (ELIZABETH HURLEY) en una excursión de 48 horas a bordo del yate de 14 metros de eslora de Rich. Las tensiones entre los personajes quedan claras inmediatamente. Poco después aparece el mundo de la década de 1870 de Maren, su marido John (ULRICH THOMSEN), su hermana Karen (KATRIN CARTLIDGE), su hermano Evan (ANDERS BERTHELSEN), la mujer de éste, Anethe (VINESSA SHAW) y Louis Wagner (CIARAN HINDS).
A pesar de que las dos historias se entrelazan en la pantalla, fueron rodadas por separado cerca de Halifax, en Nueva Escocia, que se hizo pasar por Smuttynose, una de las nueve islas que forman las islas de Shoals, a 10 millas de la costa de New Hampshire.
Sinopsis
El pasado y el presente se encuentran trágicamente cuando Jean (CATHERINE McCORMACK), una fotógrafa, llega a la isla Smuttynose, frente a la costa de New Hampshire, para investigar un crimen ocurrido un siglo antes. Mientras se sumerge en los detalles del caso –una arrebato pasional que tuvo como consecuencia la muerte de dos mujeres– la propia Jean entra en un peligroso territorio emocional. La sospecha de que su marido, Thomas (SEAN PENN), un poeta galardonado con el premio Pulitzer, tiene una aventura con la atractiva Adaline (ELIZABETH HURLEY), que es la novia de su cuñado Rich (JOSH LUCAS), hace crecer en ella los celos y la desconfianza y pone en marcha toda una serie de sucesos que tienen terroríficas consecuencias.
Entrelazada con el presente, transcurre la historia de época del doble asesinato. En 1873 Anethe (VINESSA SHAW) y Karen (KATRIN CARTLIDGE), dos jóvenes inmigrantes noruegas, fueron brutalmente asesinadas con un hacha en Smuttynose. Una tercera mujer, Maren Hontvedt (SARAH POLLEY), sobrevivió al esconderse hasta el amanecer en una cueva junto al mar. Louis Wagner (CIARAN HINDS) fue juzgado, declarado culpable y condenado a muerte por los asesinatos. Fue ahorcado dos años después.
¿Fue realmente él quien cometió el horrible crimen?
Mientras Jean investiga el asunto, se empieza a obsesionar con la figura de Maren Hontvedt, la única superviviente de la espeluznante carnicería. Cuanto más profundiza Jean en la vida de Maren –su infeliz matrimonio con John Hontvedt (ULRICH THOMSEN), su inquebrantable unión con su hermano Evan (ANDERS W. BERTHELSEN)– descubre que es un fiel reflejo de su propia vida. Su matrimonio con el intratable Thomas hace aguas, y la presencia de la seductora Adaline a bordo del yate en el que navegan hacia las Islas Shoals no hace sino confirmarlo. Una tormenta cataclísmica hace explotar todas estas pasiones, permitiendo que Jean vea claramente quién cometió esos asesinatos hace tanto tiempo.
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