-¿Qué hacés, desastre? Te fui a buscar a tu casa y no estabas. ¿No me dijiste tres y media?
- Es que salí y enseguida vino el bondi.
(¿Por qué me decís "desastre"? Salí 3.25, seguro que llegaste 3.35 y sin avisarme que te espere y si te esperaba no venías porque, en el fondo, no sé si te creo que viniste.)
-No te levantes que ya me voy...
-Mirá, te muestro dos pasitos no más... Dame un beso de mandarina...
(Y no me pongás esa cara de asco porque te pateo)
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