Me lo acabo de acordar: yo estaba en una cama marinera o comunitaria, en una habitación compartida en donde había otras parejas homosexuales. Estaba acostada con una chica muy rubia, muy flaquita, parecía Timquerbelle (o la clásica Campanita) y tenía como manojos o nidos de caracoles en la espalda o en las rodillas. Nos matábamos a besos, yo, literalmente, le comía la boca, metía toda su boquita dentro de la mía.
Después salíamos de ahí y yo tenía las uñas negras, como llenas de barro y le contaba a alguien más, no sé quién,que del otro lado de ... no sé qué pared o cerco, había otro mundo, otra gente y que eran buenos.
¿Será que hace unas semanas vi Tinquerbell y me pegó lo de los cuerpitos redondeadamente eróticos de las haditas y la división en hadas cálidas y hadas del frío?
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