- Las hadas no existen - dijo, alisándose los bigotes.
- Tampoco los gatos - respondió, moviendo las alas.
- Ellos no lo saben.
Silencio.
- ¿Y si tampoco existen los humanos?
- Tampoco los gatos - respondió, moviendo las alas.
- Ellos no lo saben.
Silencio.
- ¿Y si tampoco existen los humanos?
/imagen de Vladimir Rumyantsev
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