A los suspiros que Aldalla
A los suspiros que Aldalla
arrimado a un fresno arroja,
las fieras bajan humildes
de las encumbradas rocas,
ayudarle a sus lamentos,
con gritos y voces roncas,
porque hasta los animales
de su pena se congojan.
Es la ocasión de su llanto
Daraja, una ingrata mora,
Hija de Zulema, alcaide
de Guadix, Velez Y Ronda
que sin mirar los servicios
De dos años, quiso agora,
Por una injusta sospecha
Borrarlo de su memoria;
Y fue que en cierto sarao
Sobre una blanca marlota
sacó escrita aquesta letra:
"Aborrezco a quien me adora"
Entendió que se decía
Por ella, y por sí lo toma,
Y sin aguardar más causa
Privó al moro de su gloria.
Desterróle a media noche
Con esta palabra sola:
- Si a quien te adora aborreces,
que te olvide tanto monta.-
Cerró con esto el balcón,
Y Aldalla con más congoja
se sale desesperado
al mismo instante de Ronda.
Romance morisco anónimo.
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