Lo mejor fue el "Uro asado sobre colchón de puerros y zanahorias". Un manjar medieval que Ariel preparó según receta del libro de cocina de Canción de hielo y fuego prologado por el mismo George Martin. Y el vino especiado: el caliente, con canela y pasadeuvas y arándanos; el frío endulzado con miel.
Los capítulos que vimos: Los 10 de la última temporada que corresponden a la primera parte de Tormenta de espadas. Son muy cueles. Yo ya había visto hasta el 7 y no quería ver los últimos 3 ni podía compartir mis dolores y angustias (Encima entre gentes que no me dejan conversar ni comentar por esa manía del spoiler y para qué caranchos nos juntamos a verlos si me tengo que quedar callada, je).
Igual me parecieron muy bien logradas las escenas entre Jaime y Brienne y las de la boda roja y las de Cleganne y Arya. Me faltó protagonismo de Sam (y un personaje importante que nos deben) y de Igritte y su influencia decisiva sobre Jon (estuvo bien pero yo quería más). Algunos agregados me gustaron mucho: La historia de la viruela de Jon que cuenta Catelyn y, que yo recuerde, no está en las novelas, la aparición del hechicero que castró a Varys. Algunas medio al cohete: La propuesta de Varys a Shae de abandonar a Tyrion, la presencia y sus consecuencias de la esposa de Robb en la boda de Edmure.
La discusión del día, de mi parte, se desencadenó por mi afirmación de que Tyron es un personaje "para darle" y que el actor, con su enanismo y todo es un tipo guapo. Y bueno, allí vino todo lo que lo físico y la personalidad que, en mi caso, es inseparable. Una pena que Sansa no piense como yo.
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