De repente hay cosas que quisiera contarle, que me encuentro contándole para adentro. Las clásicas, las importantes, pero en muchos más casos, cosas pavas, cositas: Mirá cómo podé los árboles de la vereda, Mirá cómo me vuelve a llegar este poema que había leído hace tanto, Mirá cuánta ropa lavé hoy.
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