Tengo colegas que todavía creen que me denigran cuando me acusan de "leer porque sí" o de "dar mierda" cuando ofrezco a mis estudiantes "novelitas pedorras".
Yo sonrío. Pobres. O no recuerdan el placer de leer en la infancia o nunca lo sintieron o tienen el corazón tan duro que no quieren provocarlo en sus alumnos. ¿Qué importa, en el fondo, que conozcan o no los tipos de narradores, los movimientos literarios, la métrica y la rima? Son todas excusas, pasos previos, tímidos modos escolares de acercarlos a lo que ellos mismos elegirán (o no) como uno de los mayores placeres de sus vidas.
Leer literatura infantil y juvenil es creer en la simpleza y la magia de una historia que los atrape, que no les dé dficultad sino alegría y que los ayude a seguir leyendo en vez de detestar "la materia" (como si la literatura fuera antes que nada una materia) porque "la vieja de lengua" me obligaba a leer "los clásicos".(Que todo mundo sabe que amo pero el amor NO entra con sangre)
2 comentarios:
aguante la profe de literatura! :-)
Pizarnik decía que la verdadera poesía se encuentra en Rimbaud y en los cuentos para niños.
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