El otro día alguien me preguntó, con desesperación, envidiando mi envidiable situación, cómo hacía para no enamorarme. Casi me ofendí, le dije si se creía que soy de madera, que yo también me enamoro pero la juego callada o me acuerdo de que ya tuve "el amor de mi vida" y desde que se terminó ese caos todo tiene que ir mejor.
Después me quedé pensando: ¿Yo también me enamoro? Casi o lo tapo, o lo vuelvo imposible. Hace falta tanto coraje para enamorarse de cabeza. Creo que no me da el tiempo ni la energía. Y no sé si es bueno o es malo. Lo único que se me ocurre es dejar que pase.
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