Así llama mi yo represor, aburrido y con tendencia a creer profundo lo que se viene abajo, al "disfrutar de la vida", de lo "frívolo", lo "superficial", lo "leve", lo "intrascendente y poco dramático". En otras palabras: que me doy permiso para ir al gym todos los días, mirarme el culo en todos los espejos, caminar mirando vidrieras y comprando "cositas", limarme las uñas, pintarme los pelos, leer autoayuda (mañana les cuento del que terminé hoy: "Cómo volver a ser bella cuando ya no está la bestia"), no estudiar, no filosofar (¿o esto es filosofar?), planear por la casa con los pies livianos y las manos encremadas.
Permiso para ser feliz!!!!
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