A veces no logro llevar el día de a poquito, tipo Dánicadorada por la vereda, sin pesar en el mañana ansioso ni en el pasado que vuelve a enfrentarse con mi vida. Entonces, las actividades y las emociones se me atropellan como vagones contra locomotora empacada o como fichas de dominó en caída encadenada. A veces es solamente la puta sensación, el puto miedo, la oiodsa desesperación por cumplir el organigrama.
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