lunes, 30 de agosto de 2021

Estoy con culpa pero bien

 Viviendo sola por primera vez luego de 31 años de maternaje. Me sorprende la tranquilidad, la sensación de tarea cumplida (bien y sobresalientemente cumplida), las posibilidades de ser libre en mínimas decisiones cotidianas cómo cuánto tardar en la ducha, cuándo abrirle a los perros o qué tan fuerte cantar.

Pobre mijito último estaba siendo un poco denso con mamita últimamente: mucha crítica que él llamaba constructiva pero mansplaining, mucha observación y juzgamiento, mucha opinión sobre casa y convivencia mientras poca responsabilidad y aguante.

Ahora me sacudo los últimos resabios de mandatos patriarcales (¿últimos? ¿quién dijo que no tendré más agazapados?) como perra mojada o como despegándome de brea candente. Todavía me requiere demasiada energía justificarme la libertad, el merecerme todo lo que tengo y hago, el derecho a cagarme en todo y ser yo yo yo y yo lo más importante para mí mí mí mí y mí.

No hay comentarios:

Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...