Ayer estuve en la muestra de cierre de los talleres de dramaturgia y actuación coordinados por Seba Ricci. Claro que yo iba a ver a mi nuerita la genia de Eugenia Lauro pero eso no me impide opinar con amor y críticamente: Fue impresionante la puesta, las actuaciones, los textos y, lo mejor, la percepción del laburo conciente sobre qué es y qué queremos que sea el Arte. Muchas gracias por hacerme sentir acompañada y parte de algo tan groso.
La primera obra, "La vieja", presentaba el conflicto de dos mujeres ante un hecho vital, mortal, policial, percibido como estético: La historia de una vieja que había matado a su marido autoritario y posesivo junto a su sirvienta para escapar juntas se convierte en el móvil para que dramaturga, artista, documentalista y amiga enamorada y dueña de la cámara se enfrenten en el momento de decidir qué es arte, qué es amor y qué vale la pena vivir por intenso o por único. Muy logradas las tres personajas (la "artista y filósofa", la enamorada y la vieja) y muy impactantes las construcciones corporales en escena con la revolver, las migas para las palomas y la cámara que se usa o se guarda según el amor nos permita avanzar o retirarnos de la escena.
La segunda obra, "Asesinato en el Ritz", inició con personajes tan arquetípicos que pensé que iba a aburrirme y a provocar mis venenosas críticas destructivas. Pero al ratito no más estaba metida en ese género que tanto detesto por rígido y estereotipado, el policial, y avivándome de que algún guiño había y de qué los personajes estaban construirdos muy originalmente, con mucho gracia, con mínimos detalles que llevaban a la comicidad con la pronunciación del inspector (huelas en vez de huellas, cuchilo en vez de cuchillo, jajaja). Y el final confirmó mi sospecha: "Nunca abuses del personaje", dijo la voz en el teléfono y desató en mí todas esas reflexiones que me encantan sobre qué es la ficción y qué creamos cuando que creamos.
Gracias mil a les actores, dramaturgos, dire y herreros todes.
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