Esta mañana no tenía ni pizca de ganas de levantarme. Aunque tenía ganas de ir a cuidar a Mile y el resto de mis actividades del día no estaban tampoco nada mal. Pero me sentía sin fuerzas y con muchas ganas de acobacharme.
Menos mal (inicio de frase que nos identifica con la Silvana) que me levanté, me di un buen baño y arranqué. Porque fue un día genial (hasta me decidí a pasar por lo de mi ex y no estaba, je)
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