Me fui 14 horas de mi casa y no sé cómo hicieron todos estos que viven comigo para meter una mesa de dibujo y una lámpara de pie de mi mamá, correr el placard de tres cuerpos y baulera, ubicar en mi pieza el escritorio con alzada de tres estantes y la vieja pentium 1, tirar una tele vieja y la bici fija que jamás usé y reacomodar todos mis papeles. ¡Quedó buenísimo!!!!
Mi hermana pretende salir con mijita ¡en remís! ¡En remís!!!! 18 años taladrando cerebro infantil para transmitir el miedo y el resentimiento materno para que venga ésta y me descalabre el mecanismo en una noche de sábado apurado.
A las 12 de la noche se fueron las yeguas de mijita y la amiga con mi hermana y su amiga (nada de remís che, que las vinieron a buscar). A la 1.30 de la mañana llamó el menor para avisar que se quedaba en lo del amigo (ni me había avisado a dónde iba). Al rato (ya no me cabían precisiones horarias), la bebé grita llamando a la madre y me paso a su cama con un "Mamá está con la tía Guada, dormí" (a la taercra repetición funcionó el mantra). A no sé que hora (dicen que las 4 de la mañana) volvieron las bailanteras y yo me volví mecánicamente a mi cama. A las 7 ya se escuchaban los pasitos y cuchicheos de la nena. Igual a mí no me sacaron de la cama hasta las 10. Menos mal que tengo el sueño fácil y duermo casi en el aire.
Domingo, asado. Me lo merezco. Tanto tiempo esperando que mis hermanos se dignaran caer por mis casas. Finalmente hago de anfitriona y los mando a comprar y a lavar y no le busco al denso de mi hermano no sé qué cartón que quiere para la parrilla. De fondo: Fido se monta a Carucha.
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