Ayer en el Malba. Mairal y Ríos en el escenario y Luis de un lado y Lau del otro, aquí en las butacas del auditorio algo intimidante.
La idea es genial: que alguien te cuente qué marcó en sus libros, por qué, qué recuerda de ese momento del marcado, qué siente de aquel sí mismo que marcó aquellas cosas. Las preguntas de la conductora eran algo básicas, pero los invitados se dejaban llevar por sus propios delirios sin necesidad de conducción. Y yo pensaba que ellos estaban diciendo el tipo de cosas que yo suelo ocultar que me pasan. Y estos dos se lanzaban a contarlas como si fuera normal (hacerlas, pensarlas, sentirlas, decirlas) y yo me moría ante la idea de que el lunes que viene empiezo en taller de Mairal en Eterna Cadencia y Ríos prometió darme noticias de mis cuentos en este marzo (mis cuentos, mis escondidos cuentos sacados a la luz este enero y a los que Ríos llegó proque se enteró por este blog).
No es cholulismo, les juro, es el pudor más puro y llano.
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