¿Por qué tenemos más libros de los que podemos leer? La propia existencia de los libros nos induce a creer que el tiempo es infinito. Nos enfrenta a nuestra finitud y abre una brecha en ella. Hablamos con los muertos. Conjuramos la ausencia. Saber que todavía tenemos libros por leer nos mantiene en vilo. Cada libro es un mundo que nos invita a descubrirlo. Pero también nos reta a comprenderlo. Mirar la biblioteca es abrirse a la posibilidad de un conocimiento que no poseemos y puede modificar nuestra existencia. La biblioteca está viva y en ella la vida se desborda. Es una conjunción de laberintos. Es una encrucijada de puertas y de espejos. Una fascinación que proviene de saber que es ilimitada.
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