Odio más a la soreta que se hace la copada, que hasta cree ser copada, que a la soreta puro soreta.
Odio más el apuro ajeno con culo paspado y lleno de hormigas que mi propio culo inquieto porque a este le puedo meter todas las patadas en el toor que se me ocurran hasta que relaje.
Odio más la obligación de disfrutar y divertirse, de llegar feliz al finde, de contar cosas lindas, de cortar toda narración con una risa falsa, que las reales cara de ojete, cansancio, confusión y/o resfrío, alergia, insolación, reviente por la humedad.
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