Alda Merini._ “Soy una pequeña abeja furibunda. Me gusta cambiar de color. Me gusta cambiar de medida”
Publicado: abril 1, 2012 Archivado en: Artes, Poesía | Tags: Alda Merini, ‘Vacío de amor", Federico Gozzellino, Giovanni Nuti, poesía Deja un comentario
Alda Merini. Milán el 21 de marzo de 1931, 1 de noviembre del 2009. Poetisa
‘Vacío de amor’ y ‘Tu sei Pietro’ , publicado en 1961. Pasa periodos de silencio marcados por sus constantes entradas y salidas del manicomio. En 1979 vuelve a escribir, ‘La Tierra Santa’ se publica en 1984.
La Tierra Santa es el manicomio, el lugar de los marginados, de esos seres distintos a los que la sociedad no quiere ver, pero también es un trasunto de su propio cuerpo, del que en la vejez hizo bandera –son célebres sus fotos leyendo desnuda– como una reivindicación más de la diferencia, como un grito contra las imposiciones estéticas, que ocupó buena parte de su vida.
Siempre llevaba un collar de perlas, vivía y murió en la indigencia por elección personal
Empezó a escribir siendo una niña, y uno de sus primeros poemas se lo dedicó al legendario banquero Enrico Cuccia. “Una vez me lo crucé por la calle y le dije: ‘Yo tengo hambre’. Él contestó: ‘Buena señal’. Y tiró derecho”.
“La poesía nace de un terreno de dulzura, de amor. Las verdades me vienen de los sueños, los muertos me visitan”
En el autorretrato que incluyó en ‘La garza ladrona’ junto con otros diecinueve perfiles, entre los que están los de escritoras como Emily Dickinson o Silvia Plath y los de autores que, como Quasimodo, habían tenido un papel relevante en su carrera de escritora
…
En mí moraba el alma de la meretriz
de la santa de la sanguinaria y de la farisea.
Muchos le dieron nombre a mi modo de ser
y sólo fui una “histérica”.
…
no sabéis las terribles consecuencias del amor
que os harán caer en desgracia
…
Pero aunque aplastada sobre el suelo
para ti canto ahora
mis canciones de amor
He encendido una lumbre
en mis noches de luna
para llamar la atención de los que pasan
…
Poseen un único cuerpo para todos
y una memoria universal,
¿por qué tenemos que extirparlos
Su obra misma es su única respuesta.…
Manicomio es palabra mucho más grande
que las oscuras vorágines del sueño,
aun así volvía alguna vez a un tiempo brizna de azul o lejana
canción de ruiseñor o se abría
tu boca mordiendo en el azul
el feroz engaño de la vida.
Impía, una mano de enfermo
lenta ascendía hacia tu ventana
silabeando tu nombre y, finalmente,
ya borrado el número inmundo, entera hallabas la seriedad de tu vida.
El manicomio es una inmensa caja de resonanciadonde el delirio deviene eco
el anonimato medida,
el manicomio es el Monte Sinaí,
maldito, en el cual recibes
las tablas de una ley
por los hombres ignorada.
[…] pero de noche, oh noche
en el jardín del manicomio
a veces hacía el amor
con un desesperado igual que yo
en una gruta de espanto.
…
y busco un recuadro de vientoy encuentro un rombito de sol
en el que apoyo los pies desnudos.
…
De esta gracia secreta
luego no habrá memoria
porque también la enfermedad tiene un sentido
una desmesura, un paso
también la enfermedad es matriz de vida. […]
…
El triste ritual de la mañana,
cuerpos desilusionados, carnes desencantadas,
en torno al lavabo
el negro hedor de las cosas infames.
Oh, este tremolar de obscenas carnes,
este frío oscuro
y el caer más inhumano
de una enferma contra el piso.
Éste, el cúmulo que la estratosfera
jamás conocerá, ésta, la infamia
de los cuerpos desnudos puestos a arder
bajo la luz atávica del hombre.
…
Los poetas trabajan de noche
Los poetas trabajan de noche
cuando el tiempo no les urge,
cuando se calla el ruido de la multitud
y termina el linchamiento de las horas.
Los poetas trabajan en la oscuridad
como halcones nocturnos o ruiseñores
de canto dulcísimo
Y TEMEN OFENDER A DIOS.
Pero los poetas, en su silencio,
hacen mucho más ruido
que una dorada cúpula de estrellas
…
Soy una mujer. (A Salvatore Quasimodo)
Soy una mujer que desespera
que no encuentra paz nunca en ningún lugar,
a la que la gente desprecia, a la que los paseantes
miran con despecho y con furor;
soy un alma colgando de una cruz
pisoteada, burlada, escupida:
me han quedado sólo los ojos
que yo elevo al cielo a Ti gritando:
¡quítame del regazo cada suspiro!
…
Quizás se necesita ser mordidos
por una abeja venenosa
para mandar mensajes
y rogarle a las piedras
que te manden luz;
por esto yo descendí
los jardines del manicomio,
por esto de noche saltaba
los recintos prohibidos
y robaba todas las rosas
y después…
antes de morir a mi día
o noche, o larga noche
de soledad ausente,
o devastados jardines
donde yo sola vivía
porque mañana estaría
muerta todavía de horror
pero la noche, oh la noche
en los jardines del manicomio
a veces yo hacía el amor
con un desesperado como yo
en una gruta de horror.
…
Carta de amor
Escribe una carta de amor solamenteque tenga la semilla de un gran suspiro y después olvídala en la memoria para que yo la pueda escuchar. De noche, cuando duermes, aunque tú no lo sabes, vengo a buscarte:
mi límite frío de sueño
se compagina con el tuyo,
vivimos sobre dos desiertos
que al atardecer se transforman en colinas
y desnudo mis senos en la noche
ansiosa de que tú los mires.
…
A quien me preguntacuántos amores he tenidole respondo que mire en los bosques para ver
en cuántas trampas ha quedado mi pelo
…
Nadie en el manicomio ha dado jamás un beso
si no es al muro que lo oprimía
y esto quiere decir que la santidad es de todos,
como de todos es el amor.
…
Pero una mujer cambia de vestido cuando se esposa
y deja caer el himen sobre el corazón de quien ama.
Así yo he perdido mi corazón un día
y no lo encontraré ya más.
Este amor tan sudado
me ha dado un hijo
…
Yo ya vieja
como una pelota desinflada, expulsada de toda religión, tirada a la basura detodos los tiempos,
yo desmemoriada y sucia mujer que no ve los diques del amor.
Vigilaba sobre la nada de todas las cosas pero era la lógica del infinito.
Para amar no se necesitan leyes sino sólo sueños.
Adiós desde la frontera.
…
El aforismo es el sueño de una sutil venganza
El poeta no rechaza sus sombras
El pecado me hace descansar
No puedo hacerme santa, porque siempre tengo en la mano el arma del deseo
Cuando sale el sol que se arrepienten amargamente de no haber pecado.
La lobotomía es el toque final de un gran peluquero
Se va al manicomio para aprender a morir
Agradezco a mis enemigos, porque son los más atentos a aquello que escribo.
Los colores maduran la noche
La hormiga es un ejemplo de seriedad natural
He intentado gritar con las manos
Dormía, y soñaba que estaba en el mundo
Yo como sólo para nutrir el dolor
Quien me mira rimará eternamente confuso
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