DIALÉCTICA DE LOS VIAJES
Para recordar
tuve que partir.
Para que la memoria rebosara
- el cántaro de una diosa inaccesible-
tuve que partir.
Para pensar en ti
tuve que partir.
El mar se abrió como un telón
como el útero materno
como la placenta hinchada
lentas esferas nocturnas brillaban en el cielo
como signos de una escritura antigua
perdida entre papiros
y la memoria empezó a destilar
la memoria escancia su licor
su droga melancólica
su fuego
sus conchas nacaradas
su espanto
su temblor.
Para recordar
tuve que partir
y soñar con el regreso
- como Ulises -
sin regresar jamás,
Ítaca existe
a condición de no recuperarla.
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