Estoy acostumbrada al dolor de cabeza, a la contractura cervical, incluso al desvío de cadera por postura o no descanso o mal pisada.
Pero este lomo cansado, cargador de muebles, cajas y libros, acarreador de tierra, juntador de soruyos y yuyos todo el día en cuatro patas, soportador de peso del miedo, es muy extraño para mi cuerpa. Estiro, trato de relajar, descanso. No me sale del todo.
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