CULTURA
Gerhard Richter cumple 90: la obra de uno de los mayores pintores de nuestro tiempo
El pintor alemán Gerhard Richter es uno de los artistas plásticos más importantes de la actualidad, premiado y reconocido a nivel internacional. Este 9 de febrero cumple 90 años.
Con su apariencia discreta y humilde, Gerhard Richter podría pasear sin ser reconocido por la ciudad de Colonia, su hogar por adopción. Pero sus ojos siempre inquietos podrían delatarlo. El artista plástico alemán es calificado por sus críticos como el "Picasso del siglo XXI”. De hecho, Richter es uno de los artistas contemporáneos más exitosos. Sus obras se venden por sumas récord en el mercado del arte, y el mundo lo colma de premios.
Pero Gerhard Richter apenas se asemeja en algo a Picasso, el precursor del arte moderno en el siglo XX, a no ser en la fama que lo acompaña. El pintor alemán evita ser el centro de la atención pública, apenas da entrevistas y casi no aparece en los lugares donde se reúne el glamuroso mundo del arte. "Toda la escena del arte es un gigantesco teatro de pobreza, mentiras, fraude, depravación, miseria, estupidez, tonterías, descaro”, dijo Richter una vez en entrevista con el semanario Die Zeit.
A diferencia de Picasso, Richter tampoco hizo de su propia biografía la medida de su arte. Muy por el contrario, como subraya su biógrafo, Dietmar Elger, en entrevista con DW: "Gerhard Richter siempre negó su vida privada, donde quiera que la pintara”. Pero algo tiene Richter en común con Picasso: estilísticamente estuvo siempre en constante evolución. Este ya era el caso de sus primeras pinturas de arte pop y los primeros intentos de expresionismo abstracto, a principios de la década de 1960, que calificó de "realismo capitalista”.
Gerhard Richter en su atelier, trabajando en el modelo de una exposición en el Museo Barberini. (2018).
Huida de la ex República Democrática Alemana
Esa fue la respuesta, irónica y crítica del consumismo, de Richter, un alemán oriental, a la doctrina artística oficial de la entonces República Democrática Alemana (RDA), el "realismo socialista”. Nacido en Dresde, abandonó su terruño en 1961 y se dirigió a la República Federal de Alemania. Poco después surgió su "Atlas”, en el cual reunió recortes de periódico, fotografías, bosquejos, estudios de color, retratos, naturalezas muertas, material histórico y collages. Una especie de archivo de temas que exhibió en 1997 en la muestra de arte Documenta X, en Kassel, y del cual extrajo motivos una y otra vez durante su carrera.
La marca de Richter: la ruptura estilística
Richter pintó paisajes en el estilo tradicional del romanticismo, nubes y mares, como "Wolke" (1976) y "Seestück (See-See)" (1970). Así nacieron también naturalezas muertas y retratos. Trasladó la pintura a la era de la fotografía, y supo reinventarse siempre, ya sea con representaciones hiperrrealistas de la naturaleza o con imágenes fuera de foco, unas veces con objetos de cristal, instalaciones y sobrepinturas, y otras con inmensas orgías de color. La ruptura de estilos se volvió el sello de su arte. "No persigo ninguna intención, ningún sistema, ninguna dirección”, describió Richter su concepto artístico en 1966. "No tengo programa, ni estilo, ni asunto”.
Pero cuesta creerlo. Casi nadie ha explorado las posibilidades de la pintura como Gerhard Richter. Y al final logró aquello en lo que el mundo del arte ya no creía: "Richter rescató la pintura en el siglo XXI”, dice Dietmar Elger, que dirige el Archivo Gerhard Richter de la Colección Estatal de Arte de Dresde.
Comienzos difíciles en la RDA
Gerhard Richter nació en Dresde, la capital de Sajonia, el 9 de febrero de 1932, hijo de una librera y de un maestro de escuela secundaria. Allí asistió a la Escuela Comercial, tomó cursos nocturnos de pintura, y luego se formó como pintor de letreros en Zittau, trabajando también como asistente de pintura escenario en el teatro municipal de esa ciudad. Cuando decidió emprender la carrera de Bellas Artes, en 1951, la RDA cumplía dos años de existencia.
Richter fracasa en ingresar a la Facultad de Bellas Artes. Se desempeña entonces como pintor en la Empresa Alemana de Publicidad y Anuncios (DEWAG), el monopolio de propaganda del gobierno comunista, antes de poder iniciar sus estudios en Dresde. Fueron "años formativos” para él, señala Richter en retrospectiva en su página web: "Pero la gran tradición de la pintura alemana solo me fue comunicada de una manera muy fragmentada, en primer lugar, a través de la contemplación ideológica del arte que nos enseñaron y, en segundo lugar, a través del concepto actual del arte moderno, que nos llegó más o menos deformado desde Occidente". Richter completó sus estudios en 1956 con un mural en el Museo Alemán de Higiene de Dresde, que más tarde fue sobrepintado.
El artista deja la RDA en 1961 y va a Düsseldorf, donde se matricula en la Academia Estatal de Arte con el pintor informalista Karl-Otto Götz. Luego de menos de 10 años, Richter es nombrado allí profesor. Se muda a Colonia, y en los años siguientes recibe numerosos premios, incluido el Kaiserring de Goslar (1988), y el León de Oro en la Bienal de Venecia (1997). El Moma de Nueva York lo honró en 2002 con una retrospectiva completa: "Cuarenta años de pintura”. El New York Times dijo que la muestra "se hizo con retraso”.
"Vela" (óleo sobre lienzo, 95 x 90 cm), obra hiperrealista de Gerhard Richter.
Richter: "Casi todo es una casualidad”
Las obras de Richter se convirtieron en objetos de especulación que alcanzan sumas siderales en las subastas. En el ránking del Kunstkompass, la lista alemana de los artistas contemporáneos más cotizados, Richter figura como líder indiscutible y el pintor más caro, en el puesto número uno desde hace casi 20 años. Hace tiempo que el artista se siente incómodo con su éxito material: "Hay una completa desproporción entre el valor y la relevancia del arte y los precios desorbitados que se pagan por él", criticó en 2005 en la revista Der Spiegel. La Manager Magazin estimó la fortuna de Richter en 2019 en 700 millones de euros. Esto lo coloca en el puesto 230 entre los "1001 alemanes más ricos".
En cuanto a la película sobre su obra del director Florian Henckel von Donnersmarck, de 2018, "Obra sin autor”, basada en la vida de Richter, el artista se distanció de ella diciendo que hizo mal uso de su biografía. A pesar de ello, el filme fue un éxito de taquilla en Alemania, pero se quedó sin el Óscar de Hollywood.
Los vitrales de la Catedral de Colonia realizados por azar por computación por el artista Gerhard Richter.
"Estoy fascinado con las coincidencias”, admitió Gerhard Richter una vez. "Casi todo es una casualidad: cómo somos, por qué no nací en África, sino aquí, todo es producto del azar”, dijo Richter en una conversación en video con el curador del Museo Louisiana de Arte Moderno de Dinamarca. Y así es como también dejó al azar del sistema de un ordenador el diseño de su famoso y debatido vitral de la catedral de Colonia en 2007, con más de 11.000 cuadrados de colores como motivo.
Una pieza tan multifacética e inescrutable como toda la obra de Richter, sobre cuyo legado pictórico comenzó una carrera hace tiempo. Dresde trata de obtenerla, y Colonia también. Pero las mejores cartas las tiene la Antigua Galería Nacional de Berlín, a la cual el artista prestó en forma permanente en 2021 cerca de 100 obras, entre ellas, su ciclo "Birkenau”, un cuadríptico monumental sobre el Holocausto perpetrado por la Alemania nazi, que toma como punto de partida los documentos fotográficos de un exprisionero judío del campo de concentración nazi de Auschwitz-Birkenau.
Gerhard Richter junto a su cuadríptico "Birkenau", en el Museo Frieder Burda, de Baden Baden. (2016).
Con motivo de su cumpleaños 90, este 9 de febrero de 2022, la biblioteca de arte de la Nueva Galería Nacional exhibe por primera vez los libros de artista de Gerhard Richter en una gran muestra general. Aun cuando su apariencia discreta no sugiera que es una estrella, Gerhard Richter, que vino de Alemania Oriental y maduró en Alemania Occidental, se ha convertido en un artista panalemán de fama mundial.
(cp/ers)
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