Hay cosas que me cago en las patas y, a veces, mi ex sirve para acompañarme. No le pido ni le doy más. Ni me persigo.
Ese día recién conoció el dpto de Julián y encima se puso a decirme que el hijo "ni siquiera" le había dicho que vaya. Mientras Julián me decía que pasáramos con "la excusa" de que el padre conociera su casa. Mi seguridad es que hice bien mi tarea educadora y sentimental con mi progenie y que mi ex se cague como se ha cagado siempre. Ya ni le explico.
Mientras él manejaba mi auto porque yo no me animo a ir hasta caba, le conté que estoy retomando la novela del diccionario que empecé cuando estaba embarazada de Magdalena. Él se acordaba de los diccionarios que me llegaban al duplex pero recién ahí me avivé de que jamás le contaba yo mis ideas ni proyectos. Le recordé que él me celaba hasta de mis libros, reconoció que él "estaba muy mal". Me preguntó, como tantas veces, si yo no me daba cuenta de que él "estaba muy mal". Ni le contesté, ni me importó, ni a él.
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