Agustín. Porque me lo pidió, porque le mandé algunos audios a mijita y no me dijo ni una palabra. Porque estoy arisca con mostrar o no mostrar. Hago la prueba de pensar qué me haría feliz exactamente en este momento y me brota el odio hacia Silvana y la necesidad de reconocimiento de mis hijes: ayer les dije que estoy harta de que me critiquen todo: los platos viejos, la parrilla nueva, la mesa inestable, el mantel histórico, de todo se burlan, muy gracioso para elles pero a mí me destruye. Sé que no lo saben, ni deberían. Lo mejor es cuando logro ocuparme de los mío y quitarles autoridad sobre mí, que les hijes no deberían tenerla pero.
La cosa es que Agustín reúne mis puntos débiles y mis necesidades fuertes. Ahí está leyendo.
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