MESA
Mi mesa es un campo de batalla, un caos, un territorio sin mapa. Cuando estoy trabajando todas las herramientas expectantes, lápices, carbones, plumas, pasteles, acuarelas, reglas… son tantas que no alcanzo a enumerarlas.
Comparto esta mesa con un extraño ser, que se divierte ocultando algunas cosas cuando mas las necesito. Busco las tijeras y por mas que revuelvo no aparecen…las llamo “Tijeraaaas vengan acá carajo” y nada, hasta que me olvido, y de pronto están ahí, delante de mis ojos.
Cuando alguien me pregunta que necesita para dibujar solo se me ocurre decir lápiz y papel. Pero se que no es así, mi mesa me contradice con elocuencia, con todas estas cosas que se fueron juntando con los años.
Mi mesa es un campo de batalla, un caos, un territorio sin mapa. Cuando estoy trabajando todas las herramientas expectantes, lápices, carbones, plumas, pasteles, acuarelas, reglas… son tantas que no alcanzo a enumerarlas.
Comparto esta mesa con un extraño ser, que se divierte ocultando algunas cosas cuando mas las necesito. Busco las tijeras y por mas que revuelvo no aparecen…las llamo “Tijeraaaas vengan acá carajo” y nada, hasta que me olvido, y de pronto están ahí, delante de mis ojos.
Cuando alguien me pregunta que necesita para dibujar solo se me ocurre decir lápiz y papel. Pero se que no es así, mi mesa me contradice con elocuencia, con todas estas cosas que se fueron juntando con los años.
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