Además de los personajes y el humor dela historia me encantó la maravilla del "todo está conectado" que sostiene el prota para cumplir su función de detective y la asesina para matar a quien debe matar y ambos estar donde tienen que estar siempre. "El universo no quiere que me toquen las balas", dice ella y el electricista negro, que parecía de los primeros en morir para cumplir con esa premisa racista del cine, se mata de risa de ir convirtiéndose en su amigo y enseñándole lo que es un cuarto de hotel y por qué se sabe las letras de las canciones que canta la gente de la radio que ella no sabe por qué están en su auto.
Me imagino las historias del pasado de todos estos y ya estoy disfrutando de las próximas temporadas. También, obvio, de la potencia que tienen ahora que se conocen, se juntaron y aclararon cómo funciona lo holístico del título.
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