María José Albaya
A MIS HERMANAS QUE NO SE SIENTEN REPRESENTADAS
Ayer en el #Tetazo nos expusimos. En la calle, con una horda de hombres mirando, burlándose, juzgando. Nos expusimos: en tetas o en remera, gordas o flacas, viejas o jóvenes, trans o cis. Todas mujeres.
Desde un colectivo que pasaba, una mujer nos gritó: “No me representan”.
Frase recurrente, hecha hashtag, que se usa para abrir o cerrar juicios de valor sobre las que nos manifestamos.
Hoy te pregunto, mujer-anónima-no-representada ¿quién te representa?
¿Tu marido, cuando te “ayuda” (en el mejor de los casos) con las tareas de cuidado?
¿La tele y las revistas, cuando te muestran solamente cuerpos perfectos, mujeres decorado y hombres que no dejan hablar a sus colegas mujeres?
¿La iglesia, cuando te explica que la mayor virtud femenina es ser casta, pura y obediente?
¿Tu jefe, cuando te paga menos que a tus compañeros varones y te pregunta si pensás quedarte embarazada para ver si te contrata?
¿Tu médicx o tu enfermerx, cuando te grita “te abriste de piernas, ahora bancatelá” durante el trabajo de parto?
¿Los hombres, cuando te aplauden y felicitan porque vos sos "una mujer de verdad, una dama" cuando decís que sos "femenina, no feminista"?
¿Tu escuela secundaria, cuando define cómo tenés que ir vestida para no “provocar” a tus compañeros varones?
¿La publicidad, cuando te muestra cantando y sonriendo mientras limpiás inodoros?
¿Tu novio, cuando te hace rabietas porque salís con escote?
¿Tu psiquiatra, cuando te receta antidepresivos antes de que abras la boca?
¿Las películas de Disney, cuando te enseñan que las princesas se quedan esperando a que alguien las rescate?
¿El Estado, cuando te encarcela si decidís abortar y te abandonda si decidís ser madre, cuando no te escucha si denunciás violencias, cuando te castiga por defenderte?
Pero vayamos a lo importante. El FEMINISMO te pregunta: ¿POR QUÉ QUERÉS QUE TE REPRESENTEN? ¿Por qué esperar a que otrxs hablen por vos? Podés alzar la voz o callar, mostrar las tetas o no mostrarlas, ser madre o no ser madre, depilarte o ponerte ruleros en las axilas, “arreglarte” o “dejarte estar” (es decir, hacer lo que se te cante con TU cuerpo), salir a la calle sin miedo a las 3 de la mañana o quedarte en tu casa leyendo.
EL FEMINISMO TE CONVOCA: No esperes a que te representen. Tramemos juntas la próxima estrategia. Nadie mejor que otra mujer para entender desde dónde hablás.
Vení a la próxima reunión, a la asamblea, a la calle. Vení a parar el 8 de marzo.
Regalanos tu presencia. Presentate, contános quién sos y por qué estás o no de acuerdo. Presentanos tus ideas.
No somos infalibles. Tenemos aciertos y errores. Necesitamos tu opinión y queremos escucharte. Te estamos esperando.
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