Hoy tengo un día tan tan tan Carrie que el desfile de maldades cotidianas me está incendiando completamente.
No me acerqués ni medio fósforo porque te hago saltar por el aire veinte ciudades. (Día Carrie)
A veces, cuando alguien no logra ser querido, prefiere ser un asco para que al menos hablen de él.
Cuando se superan ciertos límites en el amor o en la amistad, ni siquiera vale la pena el reproche, es punto final y listo.
¿Querés ser el centro del universo? Todo bien, pero no te me pegues al costado que acá no es.
Ella se hace la estrella, yo soy una luna eclipsada.
Leer literatura pastoril, La Diana, mientras me siento como Carrie es un poco... un poco... no sé, nada idealizante, digamos.
Hoy en vez de Heidi y Carrie, soy Carrie y Violencia Rivas.
Aaaaaahhhhh... (suspiro, largo, larguísimo). Qué bueno es sacar afuera toda esa mierda que una viene acumulando.
Qué bueno es compartir los rencores con los amigos.
Una se siente menos mala si es muy mala pero de a dos.
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