domingo, 30 de diciembre de 2012

Biblioburro





Soriano es un profesor de escuela primaria en Magdalena, Colombia. Al comienzo de sus 17 años de carrera se dio cuenta de que los chicos no sólo tenían dificultades para aprender en clase sino también para terminar la tarea. Muchos de sus estudiantes vivían en zonas rurales, donde tenían dos grandes dificultades para avanzar en sus estudios: padres analfabetos y una ausencia total de libros.

Entonces Soriano se decidió a llevarles libros a los chicos. “Vi dos burros sin nada que hacer, en casa”, contó a la cadena CNN. “Tuve esta idea de usarlos en mi proyecto porque pueden llevar grandes cargas. Puse los libros sobre sus lomos, en alforjas, y así los burros se transformaron en parte de mi proyecto.”

Cada miércoles, al ocaso, y cada sábado, al alba, Soriano se despide de su mujer y de sus tres hijos para emprender un largo viaje. Su biblioteca móvil se llama “biblioburro” y está compuesta por los dos animalitos, Alfa y Beto, que van cargados de libros. Soriano recorre regiones que él describe como “abandonadas”, en el estado de Magdalena, en donde los chicos tienen que caminar muchísimo para ir a clases, y donde hay pocos maestros dispuestos a ir.

“No es fácil viajar a través de los valles. Viajar sentado en un burro durante cinco, ocho horas, cansa muchísimo. Es una satisfacción llegar a destino”, dice Soriano, que ya ha pasado las 4 mil horas de viaje.

Su aventura no está exenta de riesgos: una vez se rompió una pierna al caer de uno de los burros; otra vez, en 2006, unos bandidos lo asaltaron al cruzar un río y lo dejaron atado a un árbol cuando descubrieron que no tenía dinero.

En cada pueblo, más de cuarenta chicos esperan al biblioburro para recibir ayuda con la tarea, aprender a leer y escuchar las fábulas, las historias de aventuras y las lecciones de geografía que Soriano les tiene preparadas.

Además de su proyecto, este sacrificado maestro construyó la biblioteca más grande de Magdalena, al lado de su casa. Tiene alrededor de 4 mil libros que fueron donados de todas partes.

Dice Soriano que “es una gran satisfacción cuando un chico aprende a leer. Así es como cambia una comunidad y el chico se vuelve un buen ciudadano, y una persona útil. La literatura sirve para conectarlos con el mundo.”

(Soriano y sus biblioburros reciben mails en eldoctorsoriano@hotmail.com)


Tomado de Página 12. radar. del 7 de marzo de 2010.

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Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...