miércoles, 17 de agosto de 2011

Elvio Romero, poeta paraguayo

Elvio Romero. Los innombrables (1959-1973)


Muerte de Perurimá, cuentero, enredado en su lengua...





...Y entonces se fue yendo,

y se fue yéndosele se le fue

el párpado cayendo,

y se le fue la boca,

y se le fue yendo el habla,

yéndose en sombras, yéndosele

los pasos fuésele yendo el tiempo

y yéndosele

se le fue el silencio.

¡Las viejas cuentan

cosas increíbles!



Que trampero y tramposo,

Perurimá acababa

enredado en su lengua,

con la ojera en la oreja,

la oreja por la ojera,

clueco en el recoveco

de su lengua cuentera;

que a su voz se enredaba

dicharachero, ojoso,

la ceja como un fleco

menguante que no mengua,

el cuerpo de mandioca

contorsionado, seco,

el ojo como arveja

que mira el labio mudo,

demudado el saludo

que fritaba en la boca.



...Y se engullía el aire,

frotando con su voz el aire, trotando

el eco con su voz, trotándosele

y frotando la lengua herida y rota,

rota al trotarle por la boca

la lengua, trotándosele la lengua

rota sobre la boca,

engulléndose el eco

al frotársele el aire sobre la boca

trotando sobre la lengua.



...tragaba la fatiga,

rasguñándose las pestañas,

destiñéndose el habla hablando,

virando el ojo en ajo,

en lodo el lado

resabio de su labio,

tragándose la voz, atragantándosele

el habla en la garganta

(lampiña lengua luna)

tragándose la luna, fatigándosele

la voz se fatigaba,

y se le fue yendo el habla,

fuésele yendo el tiempo,

y se le fue yéndosele se le fue

el párpado cayendo

y se le fue cayendo el silencio...

¡Las viejas cuentan

cosas increíbles!

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Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...