viernes, 28 de enero de 2011

No sabe que le esperan

Una foto de mi padre a los veinticinco



Gustavo Escanlar (1962-2010)





se ríe, tiene pinta

no se imagina nada

no sabe que le esperan

una mujer histérica

un hijo maricón

un trabajo sin éxitos

una amante frígida y asmática

la madre que lo abandonó pidiéndole cariño

no se imagina todo eso porque tiene solamente veinticinco

-mi edad ahora-

y tiene la fuerza del recién llegado

la fuerza del galleguito dispuesto a todo

la fuerza del enamorado

no se imagina nada

porque está peinado a la gomina

y tiene puesta su mejor corbata

y pide que le retoquen la foto

y “de noche cuando me acuesto le rezo a la virgen de la Macarena”

retumba en su cabeza

y ríe

no se imagina nada

y veinte años después

perderá esa sonrisa

(llora ahora mientras la busca en la foto)

perderá el pelo y la figura

no se imagina a sí mismo

veinte años después mirando el programa de berugo

esperando la jubilación

esperando la paz

esperando la muerte

no se imagina nada en la foto blanco y negro con la firma de Silva

porque piensa que el mundo es suyo

piensa que le va a ir bien

que la vida es hermosa

no se imagina nada en la mirada de ojos negros tan brillantes

porque piensa que mañana va a ir a trabajar

y va a juntar dinero y a comprarse una casa

no se imagina nada

y tiene veinticinco

y Asturias ya está lejos

y también las ovejas y las montañas y las lentejas y la guerra civil y el

cansancio y los churumbeles

y Franco

Y mañana va al baile de casa de Galicia

y conoce a mi madre

(él no se lo imagina)

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Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...