"Los “poetas malditos” no son una creación del romanticismo: son el fruto de una sociedad que expulsa aquello que no puede asimilar. La poesía ni ilumina ni divierte al burgués. Por eso destierra al poeta y lo transforma en un parásito o en un vagabundo. De ahí también que los poetas no vivan, por primera vez en la historia, de su trabajo. Su labor no vale nada y este no vale nada se traduce precisamente en no ganar nada. El poeta debe buscar otra ocupación –desde la diplomacia hasta la estafa– o perecer de hambre."
OCTAVIO PAZ, La casa de la presencia. El arco y la lira.
1 comentario:
Interesante. El arte y la ciencia, el lugar que les da una sociedad, dice mucho de sus valores y del respeto que tiene por la sensibilidad y la búsqueda de conocimiento.
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