viernes, 21 de marzo de 2008

A la Poesía

FIDELIDAD I
Durante un tiempo la poesía no corrió por sus manos, no llegó a la palabra, no salpicó los papeles que se extendían a su alrededor.
Se olvidó del oficio de servir a la poesía.
Sólo del oficio.
Olvidó algunas costumbres, algunos ritos, algunos trabajos, algunas formas externas.
Fue durante ese tiempo cuando supo que era poeta.

FIDELIDAD II
Durante meses no contestó las cartas que recibía, ni leyó los poemas que le enviaban los amigos ni terminó el libro que apenas tocaba por las noches.
Cuando un día retomó la birome, la revista, el sobre, el libro, la avidez era enorme y el reencuentro, una fiesta.

FIDELIDAD III
Levantó a su hijo, calentó el guiso, escurrió la rejilla en la pileta.
Sobre el escritorio la estaba esperando Ella.
-Es inútil que te quedes ahí -le dijo. Y con el plumero la desparramó por toda la casa.

1 comentario:

cintia dijo...

Te lo dije una vez; adoro este poema.

Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...