Hoy me encontré en la cola del pago fácil con un señor de 96 años que me preguntó si la moneda que tenía en la mano era de 2 pesos y me contó que es de Córdoba y está acá haciendo unos trámites. Entendí que la vida es larga y hermosa y que no tengo que tener miedo de ir haciendo mil cosas importantes pero no urgentes por la calle. Ah, y que está bien, a veces, hablarle a les extrañes.
Recién estaba regando las enredaderas del fondo y se me acercó un colibrí a la altura de la frente. Se paró en una rama de la parra, mojé despacito las hojas para que tomara agua, pero voló y se puso a tomar "del pico" y de paso se dio una duchita mientras yo me quedaba quietita y ponía cara pluvial.
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