Dos horas después de las fotos que acabo de postear, salgo al patio de nuevo y Docky el destructor ya había arrancado la belleza. Una paciencia le tengo que tener!!!! Creo que se hubiera abierto un poco más, era un botón enorme y, aunque dure un solo día, estaba recién arrancando y quizás llegaba a hoy a la noche. Pero bué. Me ayuda a recordar lo efímero de la quietud, a alimentar el compost literal y metafórico, a no amargarme por pequeñeces y a festejar lo que hay cuando está. (Igual le di unos cuantos manotazos en el hocico a la bestia para que aprenda a respetar).
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