Hoy: Escuché cantar a los pajaritos y me fijé que la bici de mijito estaba en el patio aunque yo no lo había escuchado entrar, dormí un rato más, desayuné bananas y almendras, tuve mi clase de castañuelas, atendí a Pepe que me trajo lona para el cerco y le devolví pala de punta, tomé mate con tostadas, discutí con Rafael a través sobre las bondades o perjuicios de plantar dos aguaribay en el fondo, almorcé ñoquis recalentados, junté cacas de perros y saqué yuyos con los que voy llenando el pozo del fondo, pasé un poquito la cortadora de cesped manual, bajé las cinco bolsas que me faltaba desempacar todavía de la mudanza y acomodé toda esa ropa mía en perchas, cajones y estantes, me sorprendí por la cantidad de tejidos que tengo en lana y en hilo, tengo uno puesto, puse dos clavitos en cada puerta de mi placard para colgar las carteras, limpié el baño, puse el lavarropas, me dormí una siesta de una hora con las gatas, tomé mates con galletitas con queso, entré al taller de poesía de la Biblioteca Nacional, blogueo mientras escucho la lectura de un poema de Daiana Henderson que me emociona. Se llama "Equilibrio" y te lo comparto más abajo.
Y todavía después del taller, desocupé tres cajas de diarios y manuales escolares que van en el taller porque recibí mensaje de mijita que entre mudanza a nuevo domicilio suyo va a aterrizar por acá unas semanas y subí dos cajas de artefactos viejos y cuadernos de recuerditos a lo alto del placard del pasillo y guardé las vacías en galpón para reutilizar por Magda y ubiqué cuadros para colgar mañana y jarrón de Ana para ponerle ramas mañana y colgué la ropa con indicaciones a Doki de no arrastrarme nada por el pasto.
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