Mi quijotizacion nefliteana o mi bobarismo sigloveinteano me han dado ganas de ir a comprarme labial y esmalte de uñas, yo que jamás me maquillo. Adivinen de qué color... Quizás combine bien con unas sombras color tierra... Ya estoy en edad de dejar de andar a cara lavada y uñas saltadas, no?
En la novela que acabo de terminar, Café con aroma de mujer, Gaviota le cuenta a las mujeres de su cooperativa que el patrón cuando se puso a enseñarle cómo recoger café, se le apareció con un esmalte de uñas colorado, le dijo que se pintara los pulgares y que solamente pusiera en su canasto el fruto del cafetal de ese color, ni verde, ni pasado. La marca del café cosechado y producido por estas mujeres en comunidad se llamará "Rojo café".
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