Jueves, 25 Abril , 2019 - 06:38
Literatura del Chocó: el recuerdo de lo ancestral y lo rural
Hablar del Chocó es hablar de un territorio bañado por cientos de afluentes hídricos, que recorren más de 40 mil metros cuadrados de selva rica en flora y fauna. Es hablar de una de las regiones en el mundo con mayor pluviosidad, es hablar de su gente, su cultura y su literatura.
La obra literaria del Chocó recorre cada uno de los ríos que circundan su exuberante selva, que permea de relatos mágicos los ojos de quienes la leen y que inundan de sensaciones sonoras a aquellos que se dedican a oírla. Es una literatura que habla de su historia, su bonanza económica por las décadas de 1900 a 1930, fielmente contada en el libro ‘Entorno al desarrollo económico del Chocó’, del autor Carlos Arturo Caicedo Licona.
La literatura del Chocó está llena de sus costumbres, de sus creencias. Una de las piezas que reúne estos dos elementos es el libro ‘Chocó, mágico y folclórico', escrito por Miguel A. Caicedo Mena, nacido en la Troje, corregimiento de Quibdó.
Este autor basó el contenido de esta pieza literaria en las vivencias de sus ancestros, en los relatos que noche a noche eran trasmitidos de generación en generación, además, de sus propias vivencias.
En ‘Chocó mágico y folclórico’, encontramos ese Chocó rural, donde tanto afros como indígenas, han coexistido desde hace más de 400 años y donde las costumbres de unos, se han convertido en las creencias de los otros.
Tomar este libro en las manos es realizar un recorrido por el sincretismo religioso, propio de los pueblos que fueron colonizados y que contrarios a dejar morir sus raíces, decidieron entrelazarlas a las propuestas occidentales y de cierta manera, crear nuevas historias. De allí el hablar de ‘secretos’ que no son otra cosa que invocaciones de resguardo, brío y hasta galantería.
Para muchos será un libro de fantasía, porque en él se narran historias de sabios de la selva, como el ‘Mohán de Ichó’, una bestia cuyas proporciones no son dimensionadas por los ojos ni oídos de aquellos que no abren su mente al realismo mágico que se vive en las entrañas de la manigua chocoana.
Cuenta la leyenda, que un par de compadres habían decidido construir una embarcación juntos, como se acostumbra por estas zonas del país, en minga. El detalle estaba en que cada día uno de ellos debía recoger las herramientas al terminar la jornada y guárdalas.
Sin embargo, uno de ellos decidió jugarle una chanza a su amigo y transformarse en una hermosa pava, dejarse perseguir por su colega y cuando ya estaba a punto de ser atrapado, recobrar su forma humana. Días después, la broma fue devuelta por su compadre, demostrando que ambos conocían el secreto de transformación.
Así pasaron varias jornadas, hasta que un día cualquiera, uno de ellos, del cual no se precisa su nombre, recogía las herramientas, hasta que sintió la presencia de una gran fiera, temeroso, intentó escabullirse sin poder perder a su perseguidor, se sintió acorralado y ya dado por muerto, pudo escuchar como la bestia se mofaba de él y en medio de su burla le confesaba que era su compadre.
El otro al verse humillado, se incorporó rápidamente del suelo y mientras su compañero intentaba retornar a su forma humana, en un acto de venganza, el ofendido le rezó el secreto al revés, dejándolo a mitad de la transformación y convirtiéndolo de la cintura para abajo en mitad hombre y de la cintura hacia arriba en mitad bestia. Condenándolo a devorar animales y personas, hasta que fue cazado con una bala cruzada a manos del señor Marcial Gamboa.
Relatos como estos están contenidos en 131 páginas de historia o ficción, pasando por narraciones de secretos de protección que permitían a sus poseedores hazañas inmensas, como las de permanecer horas debajo del agua en busca de objetos o las proezas de levantar grandes pesos a la vista de todos, como si se tratase de una acción cotidiana.
Pero la literatura del Chocó, tiene un gran espacio para uno de los mayores estandartes en la historia de este departamento, la educación.
Aún cuando el departamento presenta hoy, uno de los más bajos estándares de calidad, no siempre fue así. En las décadas de los sesentas, setentas, ochentas, y buena parte de los noventas, los docentes provenientes de esta región del país eran apetecidos para conformar la nómina de docentes de las diferentes instituciones educativas, de allí, la importancia y trascendencia de libros como ‘Sólidos pilares de la educación chocoana’ de Miguel A. Caicedo Mena.
El libro relata el recorrido histórico de la educación en estas tierras y cómo el empuje de su gente les llevó a ser reclamados por los diferentes rincones de la nación para impartir enseñanzas en ellos.
El 19 de agosto se cumplirán 100 años del natalicio de Miguel A Caicedo Mena, el poeta costumbrista más representativo del departamento del Chocó, y uno de los escritores que supo preservar la historia de esta región del país con un lenguaje universal, sin dejar de lado la esencia de su origen, sus dichos y costumbres.
Magia, cultura e historias asombrosas que desde antaño hasta hoy protagoniza la gente del campo, conservando las raíces de un Chocó, que se resiste a perder su esencia rural a medida que camina hacia la urbanidad.
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