Me clavé las dos temporadas en una semana y no les conté nada. Perdón. Me gustó mucho: la historia es coherente, sin estridencias, con avances interesantes en cada capítulo y matices que te hacen amar a los personajes y sus defectos. La familia negra, que dirige una de esas super iglesias donde cantan gospel en inglés para que yo no me dé cuenta de que tanta belleza está al servicio de lavar cabezas cristianizadas, tiene integrantes para todos los gustos y de todas las edades y momentos de la vida que son atendidos por la narración con paciencia e inteligencia. El tema central de abuso sexual familiar y el silencio de 20 años que arruinó más de una vida se va llevando a un desenlace muy bueno sin caer en estereotipos ni convencernos de que todo puede arreglarse ni perdonarse pero tampoco de que la familia es capaz de ocultar o hacer olvidar lo sucedido.
Los ojos y los oídos más que felices con tantos cuerpos negros masculinos y femeninos tan hermosos y tantas voces desplegadas en la iglesia y en las grabaciones de "la hermana buena" que llega a grabar un disco y ser corista de una cantante famosa. Espero que siga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario