Lamento decepcionar a aquellos y aquellas que creen (aùn) que mi capacidad intelectual es proporcional, equiparable o hasta incluso relacionable, con mi inteligencia emocional. No. ¡Leo, disfruto y crezco leyendo libros de autoayuda! Sì.
Convengamos que hay de todo: hay de los que generaron nuestros fundados prejuicios sobre cerebros lavados y psuedo psicòlogos intentando arreglarte la vida en veinte pasos simples como los de "Hàgalo usted mismo". Pero tambièn hay de los que me dejan pensar en toda la educaciòn sentimental que no he tenido, todas las amigas que no me han contado sus vidas y todas las personas que se parecen a mì, que sufren lo mismo que yo, que quieren lo mismo que yo, que buscan respuestas en todos lados: en la CF, o en "Mujeres que aman demasiado", en el super, en el yoping, en el alcohol o el fazo, en los hijos e hijas, en los viajes, en el laburo...
¡Hasta me siento normal!
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