De repente me siento adulta, adulta mayor, je. Y entiendo cosas adolescentes: la gente que admiro no es perfecta, la gente que tengo como modelos se equivoca, versea, sanatea, lee mal, no entiende. Y lo peor de todo: no es obligatorio quedarme por debajo de la marca de mis "superiores", puedo superar a mis maestres, puedo seguir creciendo a pesar de haber perdido la zanahoria, o haberla corrido muy lejos (iba a poner demasiado pero nunca es demasiado).
No hay comentarios:
Publicar un comentario