Bueno, además de las puteadas, las paradas de manos y las frenadas de carro, tengo en mí algo de la paz del entender: que no es contra mí, que cada quien tiene sus propias luchas y yo tengo tendencia a ponerme de frontón de todo kilombo que ande dando vueltas. Nadie me lo pidió, nadie me lo agradece y yo practico lo de sacar el cuerpo de la balacera ajena.
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