Fue una maravilla: sentarme detrás de esa mesita como autora, mirar y escuchar a tanta gente leyendo, editando, recomendando, vendiendo y comprando ediciones raras, hermosas, a pulmón, recibir a cuatro de mis compradoris y firmar sus ejemplares, tomarme una birra con mi primo y su hija, hablar de mis cuentos pero también contar cosas de mí y de mi familia y de mis lecturas. Y a la salida vino mijita con auto y noticia de que una amiga editora le dijo que 50% para editores en compras entre editoriales así que también lo enganché al representante de Ayarmanot para que me acompañe a comprar alguna cosita y la hermosa del stand de atrás del nuestro me hizo el descuento y me volví a casa en auto y con valija llena de mis libros y los ajenos. Belleza.

















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