Alegrías de Cádiz, de Córdoba, cantinas. Ayer canté en La Chispa. A pesar de mi sufrimiento con el compás, los ensayos a las patadas y mi enconche, las ganas de cantar flamenco son más poderosas.
Dudo mucho con el formato "muestra de alumnes" y el público que no sabe nada de flamenco y va a un tablao por primera vez y la gente que se consuela diciendo que nadie se entera de los errores. Yo busco el arte del musique que sí sabe y sí me desafía y confía en mí y hace belleza conmigo. Difícil pero quiero más. Y más jondo.
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