viernes, 14 de junio de 2024

Georgie y Grisélidis Réal

 









Cuenta en feis Silvia Hopenhayn:






Vengo de la tumba de Jorge Luis Borges, en un apacible y discreto cementerio céntrico de Ginebra. Su lápida está colmada de símbolos y narraciones, desde la cruz celta hasta la cita de su cuento "Ulrica". Pero si levantamos la vista, el asombro es mayor. Casi no hay cruces; los árboles de follaje muy diverso están habitados por pájaros y ardillas; hay cientos de margaritas silvestres y otras flores sin pretensiones decorativas; el pasto está crecido, algunos aprovechan su suavidad para tirarse, huele fresco, ráfagas de marihuana o madreselva. Hay niños que andan en bicicleta, personas que atraviesan el cementerio como un atajo verde. Y los vecinos de Georgie! No muy lejos Calvino, un poco más allá Ginastera, tambien Piaget y la hija de Dostoievski. Pero la compañera de palier, por llamarlo de algun modo, es Grisélidis Réal, "escritora, pintora y prostituta" (1929-2005), autora de poemas y novelas autobiográficas, llenas de vida y color. Justamente estoy leyendo "El negro es un color", prosa poderosa de la que traduzco las primeras líneas:
"Caminaría con los pies desnudos en toda la Tierra, sintiendo la delicia de las espinas penetrar mi carne, la quemazón de la arena y los cristales de nieve como cuchillos, si pudiera sentir aún dentro de mí, su tallo de fuego atravesar mi vientre, tornado ardiente del amor negro. Sí, nos amamos, nos drogamos, nos sumergimos en los gritos roncos del jazz. Estoy vacía. Lo más preciado es tu ausencia. Soy vos. No tengo otro canto que tu nombre en mis labios." Grisélidis Réal
(Anécdota, su lápida estuvo a punto de ser removida, es redonda y tiene un relieve en el centro).

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Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...