Ser libremente jubilada es hacer cualquier cosa en cualquier momento del día, de la semana, del resto de mi vida.
A veces me da ansiedad y necesito orden y dirección. A veces me tranquilizo y recuerdo que siempre deseé este tiempo para hamacarme en la ola arremolinada de lo que leo, lo que escribo, lo que miro, escucho, canto, aprendo.
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