El Quijote busca voluntarios para su primera edición universal manuscrita en internet
La Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan, en Ciudad Real, lanza una curiosa iniciativa para que 5.276 internautas escriban a mano la obra de Cervantes. En 24 horas ya han recibido cien peticiones, muchas del extranjero
La Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan (Ciudad Real) ha puesto en marcha en internet la primera edición universal manuscrita del Quijote para la que buscan 5.276 voluntarios que les ayuden a elaborar este proyecto que pretende llegar a lectores de los cinco continentes. La curiosa idea está abierta a internautas de cualquier lugar del mundo que quieran colaborar escribiendo de su puño y letra un pequeño fragmento en castellano (entre dos y cuatro líneas) de la obra más universal de la literatura española, y completar así el Quijote con un mosaico de tipografías distintas.
Para ayudar a construir este primer Quijote manuscrito del mundo en internet, basta con inscribirse en la web universoquijote.com, desde la que enviarán al e-mail señalado el enlace a un fragmento de la obra que se asignará de forma aleatoria. Una vez recibido el párrafo -apenas unas decenas de palabras-, el usuario debe transcribirlo de la forma más legible posible y en tinta negra (con boli o pluma) a un folio, que luego tendrá que escanear o fotografiar con el móvil para reenviarlo en un plazo de quince días a partir de la recepción del texto.
Con todos los fragmentos recibidos, los cervantinos de Alcázar de San Juan confeccionarán en internet un gran Quijote universal manuscrito con las distintas grafías de los miles de participantes. El libro se podrá descargar gratuitamente en formato PDF. Si así lo desea, en el índice aparecerá el nombre y apellido de cada colaborador, así como su país de origen.
«Todos los participantes formarán parte de un Quijote único y universal», dice entusiasmado Juan Bautista Mata, presidente de la sociedad cervantina que ha lanzado este formato de grafías tan cosmopolitas. Mata, de 55 años, dirige en Alcázar de San Juan una empresa de aplicaciones tecnológicas, que se ha encargado del software para que todo esté automatizado y no haya ningún problema, ni con las validaciones de los textos ni con la protección de datos. «Si al final alguien decide no participar, no queda ningún registro», aclara. La configuración permite, incluso, reenviar el texto en caso de que la grafía resulte ininteligible.
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